¿Qué creemos?

Nuestras creencias están firmemente enraizadas en las doctrinas fundamentales del cristianismo, con un enfoque especial en la fidelidad a las Escrituras. Aunque nuestro estilo de liturgia es un poco más casual y moderno, nuestra convicción en los fundamentos del cristianismo permanece inquebrantable.


La Biblia

Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios inspirada, infalible y sin error en los manuscritos originales. Es nuestra guía suprema y autoritativa en todos los asuntos de fe y práctica (2 Timoteo 3:16-17, 2 Pedro 1:20-21).


Dios

Creemos en un solo Dios verdadero, eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, co-iguales y co-eternos (Mateo 28:19, 2 Corintios 13:14).


Jesucristo

Creemos en la deidad de nuestro Señor Jesucristo, en su nacimiento virginal, en su vida sin pecado, en sus milagros, en su muerte vicaria y expiatoria mediante su sangre derramada, en su resurrección corporal, en su ascensión a la diestra del Padre, y en su retorno personal y visible en poder y gloria (Juan 1:1-4, Mateo 1:23, Hebreos 4:15, Hechos 1:9-11, 1 Corintios 15:3-4).


El Espíritu Santo

Creemos que el Espíritu Santo, quien nos llena y tansforma para agradar a Dios y servir en amor a nuestro prójimo; es el que convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio; que nos regenera, mora en nosotros, santifica y capacita a todos los creyentes para la vida y el servicio cristiano (Juan 16:8-11, Tito 3:5, Hechos 1:8). 


El Hombre

Creemos que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, pero que cayó en pecado, y como consecuencia, fue separado de Dios; es inherentemente pecador por naturaleza y por su propia elección (Génesis 1:26-27, Romanos 3:23, 5:12, 6:23).


La Salvación

Creemos que la salvación es un regalo de la gracia de Dios, recibido por medio de la fe en Jesucristo como Señor y Salvador. Esta fe debe incluir arrepentimiento genuino y una confianza en la obra completa y suficiente de Cristo en la cruz (Efesios 2:8-9, Juan 3:16, Romanos 10:9-10).


La Nueva Naturaleza del Creyente

Creemos que Dios ha dado el poder de llegar a ser sus hijos, a todo aquel que cree genuinamente en Jesús. La nueva naturaleza del creyente es evidencia del nuevo nacimiento en Cristo Jesús y se manifiesta en su relación con Dios, con el prójimo y con el pecado. El creyente genuino experimenta un cambio en sus prioridades: ha pasado de muerte a vida. (2 Corintios 5:17, Efesios 2:10, Gálatas 6:15)


La Iglesia

Es la institución establecida por el Señor para bendición y perfeccionamiento de los santos que se edifican mutuamente a través de los ministerios, dones y operaciones dados por el Espíritu Santo. La Iglesia Universal es el cuerpo de Cristo, compuesto de todos los verdaderos creyentes en Jesucristo en todo el mundo. La iglesia local es una congregación de creyentes bautizados, asociados por un pacto de fe y comunión del evangelio que observan las ordenanzas de Cristo y viven una vida de santidad en obediencia al Señor.  (Efesios 1:22-23, 1 Corintios 12:12-14, Hechos 2:41-42, Efesios 4:11).


Las Ordenanzas

Creemos que Cristo instituyó dos ordenanzas para la iglesia: el Bautismo por inmersión de los creyentes y la Cena del Señor, ambos símbolos de la obra redentora de Cristo (Mateo 28:19-20, 1 Corintios 11:23-26).


El Retorno de Cristo

Creemos en el regreso personal, visible y literal de Jesucristo para establecer su reino en la tierra, luego de reunir a su iglesia en la nubes para estar con Él (Hechos 1:11, 1 Tesalonicenses 4:16-17, Apocalipsis 20:1-6). 


La Vida Cristiana

Creemos que todos los creyentes están llamados a una vida de santidad y separación del mundo y de prácticas pecaminosas. Buscamos vivir en obediencia a las enseñanzas de la Biblia, fortalecidos por el Espíritu Santo (Romanos 12:1-2, 2 Corintios 6:14-18).


Nuestras reuniones

Además de que mantenemos una firme adherencia a las doctrinas bíblicas fundamentales, nuestro estilo de reunión es más casual y acogedor en un ambiente ordenado. Nos gusta integrar himnos tradicionales y cantos contemporáneos que reflejen nuestras creencias y que inspiren a nuestra congregación a adorar a Dios con todo el corazón. Creemos que la esencia de la adoración está en la sinceridad del corazón y la verdad de nuestras convicciones, más allá de las formas (1 Corintios 14:26, 14:40, Colosenses 3:16, Efesios 5:19).